GRAF BCN 2016

GRAF

 

Hace una semana y unos días se ha celebrado la cuarta edición del Graf en Barcelona. ¿Que no sabéis qué es el Graf? Pues el Graf es uno de los festivales de autoedición y fanzine más interesantes de España, con sede itinerante (normalmente se celebran dos ediciones por año una en Barcelona y otra en Madrid). Su evolución en tan breve espacio de tiempo es notable. Al menos en el evento sito en la ciudad condal -que es el que he podido visitar yo cada año- se han dado muchas mejoras cualitativas que permiten que se hable ya de éste como un festival de referencia en la escena de la autoedición. Ya el año pasado se dio el salto al espacio cultural de la Fabra i Coats, lo que supone un recinto con una superficie mayor que permite incluir más espacio para stands, un salón de actos para las charlas, un espacio de bar -siempre importante, no saben ustedes como tragan y beben estos fanzineros- y una pequeña biblioteca de tebeos. Este año, además, se han incluido talleres para todos los públicos.

 

El balance, según la organización, es muy positivo. Más de dos mil visitantes es una cifra importante para un salón de estas características. Y quinientas personas asistiendo a actos me parecen muchísimas, todo un éxito en lo que respecta al interés del público por los eventos. En este aspecto me parece que rivaliza incluso con el Salón del Cómic de la misma ciudad. Pueden creerme que he ido años y años a charlas varias de este último y si tuviera que calcular a ojo diría que la asistencia de público por evento es equivalente e incluso superior en el caso del Graf (aunque el número total de asistentes seguramente sería mayor en el primero, debido al mayor número de actos y talleres que se celebran). Personalmente, en el Graf, asistí a dos charlas del sábado por la mañana. La charla de Memoria y viñetas. La España del s.XX en Cómic moderada por David F. de Arriba y compuesta por Pepe Gálvez, Jaime Martín y Sento, por un lado, fue muy interesante. De las intervenciones destacaría la de Jaime Martín en la que, a través de alguna anécdota de lectores de su cómic Las guerras silenciosas se pone de relieve como el cómic como medio puede poner en contacto a generaciones -padres e hijos- sobre temas de los que, en familia, no se habían hablado jamás. Los hijos se acercan a las historias por el medio y los padres se acercan al medio por las historias. La sinergia es poco menos que maravillosa. La otra charla a la que asistí fue la de El motor de los cómics. Divulgación y crítica de historieta hoy moderada por Mireia Pérez y compuesta por José A. Serrano, Gerardo Vilches, Roser Messa, Anna Abella y Daniel Ausente. En esta, evidentemente, acudí libreta en mano, tomando nota de lo que se dijo. Me quedé con bastantes apuntes: la importancia de evitar hacer una crítica binaria -una obra no es buena o mala a secas-, el empleo del tiempo y el espacio del crítico para destacar las obras que cree que merecen difusión -y dedicar menos a la crítica negativa-, la pérdida de información de la crítica que se hace por redes sociales en tanto que esta no facilita la búsqueda de entradas o comentarios y la cuestión de que -¡ay!- hoy por hoy un crítico de cómics no puede vivir solo de ser crítico de cómics.

 

Más allá de las charlas, tuve el placer de reunirme brevemente con algunos conocidos y justo después hacer el recorrido por los stands. Desgraciadamente, este año el tiempo apremiaba y no pude estar todo el tiempo que hubiera querido en el Graf. La visita a los stands fue un poco a tiro hecho, localizando a los autores de los que ya sabía algo y a los que les iba a comprar lo suyo sí o sí. Y ahí me perdí algo que, para mí, es lo más bonito del mundo de la fanzinería: el dejarse llevar por lo nuevo, por lo que no conoces. Cartografiar la fanzinería es algo extremadamente difícil. Aquí hice un intento de mapeado del fanzine en España bastante fallido, por ejemplo. Pero también esa es un poco la gracia. Todos los comiqueros estamos al tanto de las novedades editoriales que van saliendo cada mes y que llegan puntualmente a las librerías. Conocemos los autores y conocemos las cabeceras. Pero por ejemplo, cada vez que entro en Fatbottom -la librería barcelonesa especializada en autoediciones- es imposible tener localizado y situado a tantísimo colectivo y autor independiente tanto del país como de fuera. Para mí, es un poco como cuando eras un crío y te acercabas al quiosco sin saber bien-bien que habría salido porque no controlabas de series, de periodicidades o de editoriales. Y lo mismo te llevabas un Spiderman, que unos Transformers o un Mortadelo. Y esa es un poco la movida del Graf y de la fanzinería. Dejarte sorprender, vagabundear por los stands, ojear piezas que normalmente no verás y poder charlar con sus autores, incluso. Y eso es lo que hice mal, por falta de tiempo.

 

También tengo que añadir que me hubiera encantado asistir a alguno de los talleres de fanzines, que por lo visto han estado muy bien y algunas de las dinámicas que se llevaban a cabo en ellos creo que me hubieran encantado.

 

Pero pongamos punto y final a las quejas y a los lloros y pasemos a lo interesante: el botín.

 

Nimio 5, 6, 7,8 (Luis Yang, María Ponce, Anabel Colazo, Nuria Tamarit y Ferro, Nuez Ediciones) y Daga (Luis Yang)

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Lo primero que tengo que decir del Nimio es que es mi candidato a mejor fanzine del Salón del Cómic de este año. A sus componentes -a los que para mis adentros los llamo como «la conjura galaico-valenciana»- los sigo desde hace dos o tres años en fanzines como Sacoponcho o Belize, que han tenido menos números, supongo, por la dificultad de coordinar a un mayor número de autores. En Nimio se notan ya las tablas a la hora de coordinar y enfocarse en unos autores concretos –Luis Yang, María Ponce, Anabel Colazo, Nuria Tamarit y Ferro- aunque puedan existir intervenciones puntuales de otros colaboradores. La temática de las historias del Nimio es muy diversa y varía de la acción y la aventura al costumbrismo con golpes de humor, pero siempre está encuadrada en un trasfondo de mundo fantástico. En ocasiones, este mundo fantástico se nos amaga como compartido por los personajes de las diferentes series, pero lo que le da al fanzine un aspecto de cohesión como publicación es que sus autores se hayan puesto de acuerdo para emplear todos una composición de página con parrillas de viñetas de 3×3, lo que aumenta la sensación de estar leyendo un universo editorial con firma propia. Nimio tiene tres series de historietas con personaje fijos:  El cartero de Luis Yang, Cuellos tejanos de pana alta de Ferro y Miguel el Mago de Anabel Colazo. Uno de los aspectos más destacables del Nimio, sin duda alguna es la gran habilidad narrativa de sus autores y sus estilos gráficos ya muy definidos y característicos que yo personalmente asocio más a obras de animación que de cómic como el minimalismo cute de Hora de Aventuras o el estilo japonés «a la Miyazaki». Hay incursiones también en el campo de lo abstracto y la experimentación. Pero más con una voluntad de juego y de disfrute que de ejercicio intelectual. Y de ir mudando el estilo de vez en cuando. Porque así es más entretenido y hacer siempre lo mismo, aburre. Bravo. Además de los Nimios le compré también a Luis su Daga, un tebeo de acción y fantasía oscura con un estilo minimalista y sucio, que me ha encantado. Un fallo tuve, eso sí: no llevarme el fanzine Taiga. Se les acabó el segundo y el primero, pensando que ya lo tenía, no lo compré. Peccato. A ver si en el Salón del Cómic.

 

No tiene gracia (Joaquin Guirao, Libros de Autoengaño)

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Recuerdo de hace bastantes años ya haberle leído al sociólogo Peter Berger en alguno de sus estudios elaborar una defensa del humor como herramienta del ser humano frente a lo que es incapaz de explicar, frente al absurdo que es incapaz de explicar. La otra opción era caer en el terror frente a lo incomprensible, el miedo, la inseguridad y quizás la locura. Es por eso que el humor y el terror fácilmente podrían ser dos caras de una misma moneda frente al dilema de lo raro, lo extraño, lo que no podemos aceptar. Y si esto es así, entonces Joaquín Guirao tiene un talento increíble para lanzar la moneda y hacer que esta aterrice de pie. ¿Humor o Terror? La decisión está en nuestras manos. Me declaro incapaz de sentenciar con que páginas de Esto no tiene gracia, uno debería reírse o incomodarse, depende de cada uno. Sería muy sencillo decir «humor negro» y ya. Pero no. Guirao deja caer la moneda y es caso de cada uno dejarla caer hacia un lado o hacia otro. Y tiene temas para todos los gustos. También en esta recopilación se puede disfrutar del amplio abanico de estilos gráficos del autor. La historieta que más me ha gustado es la de Cómo hacer cómics. La hostia con reverb a los dinosaurios que pululan por internet sentando cátedra desde sus tronos hechos de múltiples ediciones de El Príncipe Valiente es de proporciones épicas.

 

La reina orquídea (Borja González, El verano del cohete)

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Otra de las citas obligadas era la de hacerme con este tebeo, gracias a la reseña que Gerardo Vilches le hizo al tebeo en Entrecomics. Cualquier vuelta de tuerca de narraciones clásicas me parece más que interesante y La reina orquídea (El verano del cohete) cumple perfectamente con la labor de maravillar e inquietar al lector. Tomé el libro con acto de fe, sin apenas hojearlo y la recompensa ha sido alta. Si alguna influencia referencial hubiera de darle, seguramente tendría que situarla alrededor de la nouvelle bande desinée. Pero lo mejor de este tebeo es darse a su lectura: disfrutar de viñetas que buscan ser el eco minimalista de frescos pictóricos sin pérdida de dinamismo en la historia, dejar que los ciclos cromáticos y las transiciones del tebeo nos atrapen y llegar a su final en un mudo silencio de admiración.

 

Klari Moreno

 

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De Klari Moreno también tenía referencias por Entrecomics -no le puedo agradecer más a la web y a Gerardo la insistencia en dar foco a fanzines y obras publicadas en editoriales pequeñas que frecuentemente se me escapan- y tenía claro que iba a acabar visitando su stand. Por si fuera poco tras encontrarme con David F. de Arriba, antes de dar el paseo por los stands, él también insistió en la recomendación: tienes que ir a ver a una chica que se llama Klari Moreno. De esta joven autora madrileña del barrio de Chamberí creo que me lo llevé todo. Creo que lo más destacable es que tiene un estilo de dibujo muy personal y reconocible ya de forma muy temprana, algo por lo que muchos dibujantes se tiran de los pelos. Pero igualmente destaca su inquietud, una necesidad por experimentar e ir probando trazos, formas y composiciones sin perder un cierto equilibrio entre la estrategia gráfica racional y la expresión de lo emocional. En este artículo de Elisa McCausland se hace mención a un momento de absorción de imágenes y creo que su trabajo expresa esa búsqueda. En Origen, nudo y origen (La malvada Ediciones)trabaja con el punto de vista y la representación del paisaje para dar testimonio visual del ciclo de vida de una semilla a través de sus mutaciones. Women, wolfs n’bdsm (autoedición) es un conjunto de representaciones de mujeres atadas según la disciplina del shibari y cuya tensión llevada a cabo por diminutas bestias lupinas provocan la explosión líquida y la mutación en líquido y/o en lupino. Suspensión líquida (Ediciones Valientes) profundiza en esa temática representativa pero en forma de cómic detallando secuencialmente un proceso de atado y mutación de principio a fin con una cierta carga emocional en el recorrido. Relacionarse muy duro (La malvada ediciones) es un fanzine que recoge diversas metáforas visuales de la relación entre dos individuos insistiendo en los procesos de tensión y distensión, lo líquido como forma simbólica y donde explora el efecto de los espacios vacíos en la narración; por ello recomiendo, si pueden, que se hagan con la edición más grande de las dos que ha hecho de este trabajo. Finalmente, Hocicos Húmedos es un trabajo hecho a pachas con Joaquín Guirao dedicado al mundo perruno, pero muy alejado de los trabajos de cómics sobre mascotas habituales.

 

¿He dicho finalmente? Que va. A punto estaba de irme y me encontró el Amigas, que también me habían comentado que estaba muy bien. Y me consiguió una copia de este irreverente fanzine antes de alejarme mucho de allí. No le puedo estar más agradecido.

 

Gourmand Gohan (Alexis Aldeguer, Maiko San, Ilaria Mauro)

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¿Dije más arriba que por culpa de la falta de tiempo no pude dejarme sorprender por encontrar algo que no me esperara? Pues lo de Gourmand Gohan es la excepción. No es que la idea sea novedosa, pero si que no me esperaba encontrarme en el Graf un fanzine de recetas. Si ya soy un incondicional de los tebeos gastronómicos de cualquier tipo de cocina, formato o narrativa, imaginad que me topo allí con un fanzine de recetas de fusión entre la gastronomía japonesa y la mediterránea. ¡Como si no estuviera suficientemente enganchado al manga Oishinbo! Me lleve los dos ejemplares autoeditados hasta la fecha por sus propios autores: Alexis Aldeguer, Maiko San e Ilaria Mauro. El tebeo es divertido, ameno, didáctico,… las recetas parecen -aun no me he puesto a la labor de probarlas- bastante sencillas y sus autores las explican bastante bien. Además, son bastante originales por la cuestión de fusionar las dos gastronomías por lo que es un libro más que fenomenal para sorprender a visitas y convites.  Entre los muchos platos que se detallan bien seguro que vamos a darle un tiento al Okonomiyaki (la «tortilla» japonesa) y el Iwashi no Tsumire (unas albóndigas de sardina que tienen que estar deliciosas).

 

Panoli Creaciones y Ana Belén Rivero

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En el stand de Panoli tenían también cosas interesantes. El fanzine Fandom recoge dos historias convergentes en su centro. Tebeo de humor costumbrista, su primer número cuenta la historia de dos “tribus urbanas”, en este caso chonis y pijas. Comparten su autoría Clara Soriano por la parte de las pijas, autora que ganó el premio de autora revelación en el Salón del Cómic de Barcelona por Colmado Sánchez y con la que me he reído a carcajada limpia con su reseña de las 50 Sombras de Grey dibujada para El Jueves. Las chonis quedan al cargo de Genie Espinosa, de la que debo reconocer que no la conocía apenas pero cuya parte también me ha gustado mucho. Igualmente fue una grata adquisición El enigma de Boskov de Lorenzo Montatore, especialmente por poder llenarme un poco los ojos del estilo de este autor antes de hacerme con La muerte y Román Tesoro. Montatore tiene un dibujo muy característico que viene de la escuela del humor gráfico para prensa o para revista satírica de años ha, usado para contar historias con un punto dramático y existencialista. Seguramente Herriman podría ser una influencia también. Last but not least, allí cayó también el fanzine de Ana Belén Rivero, Mierda Cósmica, una catilinaria humorística y ácida en la que elabora un catálogo de las cosas que nos joden. Todo ello lo expone con un trasfondo de ciencia-ficción de dimensiones paralelas bastante gracioso presentado por Carl Sagan. Nada puede fallar.

 

 

Lo que me dejé

 

Por un lado, se me quedó en el tintero comprar el Que no, que no me muero de María Hernández Martí y Javi de Castro, que tiene una pinta estupenda. El porqué no me hice con él allí mismo -aparte de que seguramente iba a tener que pagarlo con las motas de polvo de mi cartera o bien robarlo, después de todo lo ya adquirido- se debe a que servidor es muy listo y se puso a hacer la vuelta por los stands a la hora de comer, cuando la mitad de los responsables no estaban o tenían a otros cubriendo su stand o su parte de él. Pero no me cabe duda de que caerá.

 

Por otra parte, debió ser la única vez que veo a Ceferino Galán con su parada de El Naufraguito y que no le compro ninguno. Según Ceferino, El Naufraguito ha cerrado su publicación en el número 101, publicado ya hace unos meses. «Aunque nunca se sabe» me dijo la última vez que pude charlar con él. «En el 101 lo mandamos al cielo y en el cielo puede pasar cualquier cosa». Para los que no lo sepan, El Naufraguito es probablemente el fanzine más antiguo publicado en España -más de dos décadas ya- y posiblemente el que más números tiene. Mi colección particular ya tiene unos sesenta y es maravillosa, cada número es una sorpresa y un alarde de ingenio. Pero no es mi intención dejarla a medias precisamente. Ojalá muchos años más de este veterano e inusual fanzine.

2 comentarios en “GRAF BCN 2016

    1. Saludos, amigos de Paranoidland. ¡Tengo los dos primeros de vuestro fanzine! Y me gusta bastante, tengo que reconocerlo también. Debería haberlo mencionado también en el epílogo de este artículo, porque si bien no compré ninguno en el Graf, cada vez que me acercó a Fatbottom en Barcelona, me llevo uno de los vuestros.

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